Un virus con corona, Felipe VI y el cacerolazo

El 30 de enero de 1968 nacía al mediodía en la clínica de Nuestra Señora de Loreto en Madrid un niño llamado Felipe; único hijo varón del futuro rey de España Juan Carlos de Borbón y de doña Sofía.

Su nacimiento alcanzó una significación política especial. Sus padres tenían dos hijas, Elena y Cristina, pero de acuerdo a la Ley de Sucesión, la Corona de España solo puede trasmitirse a un heredero varón. Felipe venía a asegurar una línea de sucesión directa del Príncipe Don Juan Carlos de Borbón, quien en julio de 1969 sería solemnemente proclamado ante Las Cortes Franquistas sucesor, a título de Rey, del Jefe del Estado el general Francisco Franco. ¡Bien democrático!

Ese Infante por el solo hecho de haber nacido ya era Príncipe y por lo tanto futuro rey de los españoles con el nombre de Felipe VI, como lo es hoy. Es el noveno monarca hispánico de la dinastía borbónica, iniciada por Felipe V en el siglo XVIII y continuada por Carlos III, Carlos IV, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII y Juan Carlos I, su padre.

Felipe nació un 30 de enero de 1968, seis años después de la boda de sus padres celebrada en Atenas entre Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia. Fue bautizado en el Palacio de la Zarzuela, por entonces, residencia de los reyes.

En esa ceremonia fueron padrinos oficiales su abuelo Juan de Borbón, conde de Barcelona, y su bisabuela la reina María Victoria de Battenberg y estuvo presente el Jefe de Estado español, “Generalísimo” y dictador Francisco Franco y su esposa Carmen Polo de Franco.

Al que iba a ser el sucesor del Trono de España le pusieron los siguientes nombres: Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos, aunque a los efectos prácticos todos le dicen: ¡Felipe!

Con los años fue creciendo y se crió de manera sana y robusta. Como a todo niño le gustaban los juguetes, el circo y los payasos. Era de tener buen apetito y le encantaban las golosinas. De chiquito tuvo pasión por los deportes como la natación, el fútbol, el automovilismo y la náutica. Admiró siempre a su papá como piloto, navegante y ¡cazador!

Habla varios idiomas entre ellos aparentemente bien el inglés, francés y el griego por parte materna. Español por supuesto. Y catalán debería.

Nada se deja al azar. Ya estaba previsto que cuando fuera Rey tendría 84 títulos. Su designación formal sería y fue:”Philippus VI D.G. Hispanariúm Rex”. Y como Rey de España y legítimo descendiente de los antiguos reyes de Castilla, León Asturiano, Valencia, Galicia, Mallorca, Menorca y Aragón y, naturalmente de los reyes de Austria y Borbones, a Felipe VI le corresponderían por lo tanto 84 títulos, es decir, 24 reinados (entre ellos el de Jerusalén y Gibraltar), 15 ducados, 5 principados, 6 marquesados, 22 condados y 12 señoríos. ¡Nada de andar con chiquitas! ¿Cuánto le cuesta al pueblo Español?

Su árbol genealógico arranca desde el primer rey de la monarquía asturiana, Don Pelayo, ya que esta monarquía se fusionó luego con la de León y a ésta se unió el Condado de Castilla, y más tarde el Reino de Galicia, creándose con ello la Corona de Castilla, cuyo último monarca (antes de fundarse España en el siglo XV con los reyes Católicos) fue Isabel la Católica. Y de ésta soberana desciende directamente el biznieto de Alfonso XIII.

Su padre Juan Carlos I de España renunció al reinado en medio de escándalos de corrupción de su yerno Iñaki Urdangarin y de su hija Cristina, y por una fractura en la cadera que se produjo matando elefantes en una cacería en Botsuana, que por supuesto pagaba el pueblo español. Firmó su renuncia el 18 de junio de 2014.

Al otro día el 19 de junio de 2014 asumió al trono Felipe VI. Nosotros Orientales que somos republicanos y antiborbones desde Artigas en 1813 no podemos dejar pasar por alto esta casualidad. Felipe VI asumió 250 años después del natalicio de nuestro Prócer José Artigas.

Todo esto de los 84 títulos parece joda, pero mire que es bien en serio. Felipe tiene 84 títulos.

Y hace cuatro días aparecieron las cacerolas en España. Felipe VI, rey de España es repudiado en todo el país, justo cuando enviaba un mensaje de esperanza al pueblo español acosado por coronavirus con más de 800 muertos y 15.000 contagios. La protesta fue convocada por las redes, exigiendo que el rey emérito Juan Carlos I, devuelva al fisco los 100.000.000 de dólares que recibió por coimas del rey de Arabia Saudita, por el tren bala que va a la Meca, para ayudar al sistema sanitario colapsado.

Hubo dos cacerolazos. Al mediodía y por la noche. Un caceroleo contra la corrupción y contra la Monarquía. La Casa Real intenta ocultar su connivencia con los negocios de Juan Carlos I bajo la crisis del coronavirus.

Felipe ante la denuncias de la justicia Suiza, de apuro renunció a la herencia de su padre el mismo día que se estableció el estado de alarma por la crisis sanitaria. Felipe VI es beneficiario de dos fundaciones con cuentas en paraísos fiscales.

Ada Colau alcaldesa de Barcelona, llamó a golpear cacerolas contra el Rey para que “todo el dinero de la corrupción vaya a la sanidad pública”.

Y las cacerolas repicaron en Chile contra el asesino de Piñera, que fue invitado especial de Luis Lacalle Pou.

Repican en Brasil contra el fascista e impresentable presidente de Brasil, que también fue invitado de honor del Presidente.

¿No habrá llegado la hora de que repiquen acá?

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