El Barcelona se impuso al Benfica en la ida de los octavos de final de la Champions League
La lluvia torrencial que cayó sobre Lisboa amainó en el momento que se encendió elInferno da Luz, que hizo honor a su nombre: el escenario del encuentro se tiñó de rojo con animaciones de fuego en las pantallas luminosas, aunque pocos esperaban que este acabara cobrando vida durante el partido.
Antes del pitido inicial, sonaba el ‘I will survive’ de Gloria Gaynor versionado por la Hermes House Band -sí, esa que hemos bailado todos en grupo al ritmo de ‘lololo’-, los once del Benfica saludaron a su afición a modo de reverencia. Y les correspondieron con una ocasión clarísima a los 15 segundo: disparo cruzado de Aktürkoglu que salvó Szczesny con una mano maravillosa. La primera de muchas.
Jugada surrealista y tragicómica la que protagonizaron Olmo, Lewandowski y Lamine : tres disparos desde el interior del área pequeña, pero ninguno de ellos logró colarse en la portería de Trubin. Y a partir de aquí, el guion del partido mutó por completo.
Cambio de objetivo
Contraataque del Benfica y falta de Pau Cubarsí a Pavlidis en el borde del área: roja directa y a la calle. Los jugadores del Barça reclamaron una falta previa del propio griego sobre De Jong en el inicio de la jugada, pero el colegiado hizo caso omiso a las quejas culés. Olmo fue el sacrificado y entró Araujo para repoblar la línea defensiva. El objetivo de los de Flick pasó a ser otro: salir vivos de Lisboa. Korcü probó el lanzamiento de falta directa y Szczesny volvió a salvar al equipo.
El juego tuvo que ser detenido por algo inaudito. Desde la grada, los aficionados locales más radicales empezaron a lanzar petardos y fuegos artificiales. Posteriormente, una veintena de bengalas se encendieron en la portería que defendía Trubin. El humo y la peste ganaban protagonismo en Da Luz. Los jugadores del Benfica recriminaban esta actitud a sus fans, puesto que lo que menos les interesaba era que se parara el juego con el Barça tocado con un jugador menos.
Los catalanes no se arrugaron y gozaron de varias ocasiones al contraataque. Sin embargo, Raphinha decidió de forma equivocada durante el primer tiempo. Al filo del descanso, otro paradón del meta polaco a un testarazo de Aktürkoglu. Así comenzó el primer tiempo y así acabó. Camino a vestuarios.
Se repitió la imagen
Szczesny volvió a aguarle la fiesta a Pavlidis. Hansi sufría en el área técnica y agitó al equipo: minutos para Ferran Torres en detrimento de Lamine Yamal para mejorar en tareas defensivas. Y suerte que no cambió a Raphinha.
Misma portería, mismo protagonista, misma equipación y mismo resultado. Mes y medio después, Raphinha volvió a vestirse de héroe en Da Luz. Aprovechó un regalo en forma de pase de António Silva, recuperó la posesión y marcó desde la frontal para desatascar el encuentro. Misma celebración, misma euforia.
Para añadir picante, a falta de cinco minutos, el colegiado señaló penalti de Szczesny sobre Belotti. El delantero italiano, no obstante, arrancó en posición irreglamentaria y el fuera de juego salvó al Barça de quemarse en el infierno.