Diálogos con Marx y Engels para iniciarse en la filosofía

Diálogos con Marx y Engels para iniciarse en la filosofía

Bulma: Maestro Marx, queremos conversar con usted. ¿Por qué estudiar filosofía si no seremos filósofos?

Marx: Uy, vaya pregunta tan compleja.

Quisiera comenzar planteando la siguiente idea: la filosofía suele pasar como algo innecesario en la vida del sujeto, y más en esta sociedad capitalista donde cualquier cosa debe de tener como resultado un producto físico para entonces tener valor social.

Bulma: Maestro Marx me está generando interrogantes… ¿Cómo ayudaría la filosofía en la vida del sujeto, en su vida diaria?

Marx: estoy convencido de que la enseñanza de la filosofía debería ser incluida en el plan de estudios, desde preescolar. Primeramente, ayudaría a que el sujeto piense y para ello – como proponía Descartes– dudar de cuanto nos digan, veamos y escuchemos. No podemos pensar sin antes pasar por la duda.

Vegeta: Oye, Marx, ¿eso no sería bastante aburrido? ¡la vida hay que vivirla! Si nos pasamos la vida pensando ¿dónde quedaría la diversión? Imagínate, Marx, reflexionar sobre si lo que nos dijeron tiene lógica o no.

Marx: perdón que te interrumpa, pero ¿comunicarnos desde la lógica no nos evitaría problemas en nuestras relaciones humanas?

Vegeta: ¡hum, cómo!

Marx: sí, me explico. Vegeta, Bulma te envía un WhatsApp escribiéndote: “amor, nos vemos a las cuatro”, ¿tú qué entiendes?

Vegeta: pues, que nos vamos a ver, ¿no?

Marx: ¿seguro que sólo eso?

Vegeta: no, no, Marx, no empieces a filosofar.

Marx: ¡No es filosofar! Tan solo que no notes que como sujetos nos están construyendo como seres mecanizados. Según tú la verás ¿Y dónde y cuándo la verás?

Bulma: ¡Ay no, Marx, yo ya me hubiera enojado con este mequetrefe!

Marx: ¿Por?

Bulma: pues sí, él ya debería de saberlo, soy su pareja.

Marx: a eso, entre otras cosas, es a lo que me refería con llevar la filosofía a la vida de los sujetos, pues ésta nos ayuda a pensar y a no dar las cosas por hecho.

Vegeta: Tienes razón, no lo había pensado desde esa manera.

Bulma: Marx, he notado que al referirse a una persona, quien sea, únicamente le llama sujeto. ¿Por qué no persona, ser, hombre o mujer?

Marx: Bulma, ¡qué pregunta tan interesante planteas! Desde la cotidianidad de la vida se da por hecho que esas palabras, sobre las cuales preguntas, refieren a lo mismo, pero en filosofía eso no es así.

Bulma: a ver, le escucho, ¡por favor, explíqueme!

Marx: cada sujeto que hemos propuesto algo en el campo del saber tenemos una visión teórico metodológica. Por ejemplo, Kant concibe que nos distinguimos del resto de los animales por el uso de la razón. En el caso de Lacan, la distinción es por el habla. Platón diría que es por el alma. Engels y yo concebimos que no es por la razón, el pensar o la religión, sino que la diferencia principal del sujeto con el resto de los animales es por el trabajo.

Vegeta: Marx, un momento, ¿acaso los lobos, las leonas y hasta las orcas no trabajan en equipo para conseguir su alimento?

Marx: sí, claro, sin embargo al tipo de trabajo al que nos referimos es a la capacidad y a la cualidad con que el sujeto transforma a la naturaleza. Noten a su alrededor y miren aquellos árboles ¿en cuántas cosas se pueden convertir?, en sillas, libros, lápices y escritorios, etcétera.

Por ello, desde la filosofía marxista, el materialismo dialéctico, llamamos sujeto a la persona por la capacidad, no de manera individual, de poder transformar las condiciones materiales existentes.

Y a propósito de esto, quiero abordar el terreno del saber. Éste se ha dividido en dos campos antagónicos, el campo materialista versus el campo idealista.

Bulma: mire, Marx, ahí viene su amigo Engels, supongo que ya acabó su clase. ¿Puede hablarle? Para que se integre a nuestra charla.

Engels: ¿Cómo están? Veo que ahora están con Marx. ¿De qué cosas están dialogando?

Bulma: Marx estaba por platicarnos algo, que en el campo del conocimiento hay dos posturas que no se llevan entre sí.

Marx: Engels, por favor, coméntales a los chicos sobre la pregunta base. ¿Qué es primero, la idea o la materia?

Engels: de acuerdo, Marx… comenzaré con una tesis de Descartes: ¡Pienso, luego existo! Nosotros, desde el materialismo dialéctico, pensamos que para que exista una idea primeramente debe existir la materia física.

Vegeta: A ver, Engels… ¿No existen las ideas que yo tengo?

Engels: claro que sí, pero existen en la mente. Mira, ¿puedes mostrarme la idea que tienes de tu novia?

Vegeta: ¿cómo que te muestre la idea? ¿Le doy un beso o le digo que la quiero?

Engels: no sé si esa es tu idea.

Vegeta: es que no te entiendo ¿a qué te refieres con mostrar mi idea de amor?

Engels: la idea sólo puedes mostrarla en acciones físicas; en este caso, bajo la conducta de decirle te quiero o al darle un beso, según mencionaste.

Bulma: con ello, Maestro Engels, así como lo está planteando, ¿entonces es primero la idea, pensar en el beso por ejemplo, y luego la materia, es decir dárselo?

Marx: ¡reflexión cautivante!

Engels: a ver, Bulma y Vegeta, piensen en dos de las características de un gato… Y si ya las tienen, díganlas.

Bulma: de color café con negro, dulce y juguetón.

Vegeta: peluda, color miel y dormilona.

Engels: ¿Cómo es posible que me han mencionado seis características distintas si les pregunté acerca de una misma cosa, de un gato?

Vegeta: yo pensé en Videl, así se llama mi gata.

Bulma: yo pensé en mí gatito que tenía de niña.

Engels: bueno, ha sido así porque la llamada cosa gato existe o existió. Es decir, para pensar, para imaginar una idea, es necesaria la existencia previa de la materia. Si les digo que imaginen dos aspectos de la cosa Chin chin fli, ¿podrían?

Bulma: sí, pero antes díganos por favor qué es. Porque al menos yo no sé qué sea eso.

Engels: pues justo no sabes qué es eso porque no existe. Es algo que acabo de inventarme para proseguir con la explicación de la materia como precursora de la aparición de la idea.

Bulma: otra vez yo… ¿Entonces cómo pudo haber ocurrido que nuestros ancestros pensaran en una casa cuando hasta dormían en árboles?

Engels: cierto, al inicio no había casas, pero sí había madera. Nuestros ancestros idearon la manera de crear herramientas para cortar y poder unir o sujetar a la madera en la proporción adecuada. La materia aquí es el árbol, de donde se extrae la madera. Luego entonces se pensó en esa idea y posteriormente se llevó a la práctica, al grado de construir casas.

Así, igual, pasó con los alimentos. El sujeto, siendo nómada, fue herbívoro en la práctica, pero con la experiencia supo discernir que otros animales servían de alimento. Tiempo después, al descubrir el fuego, descubrió o notó que la carne cocida sabía de mejor manera.

Marx: al respecto de lo que comenta Engels… Insistir una y otra vez que así como a la naturaleza se le puede transformar en pos del beneficio humano; a la totalidad social, de igual manera, también se le puede transformar en pro del género humano. No obstante, para ello poderse llevar a cabo, ha de darse desde la raíz, esto es desde su base económica, una verdadera, profunda, continua y plena transformación revolucionaria de la sociedad.

Vegeta: así no, Marx, así no juego. La neta ya no entendí lo último que mencionaste, a ver… te expreso mi idea para ver si voy entendiendo.

Creo tener claro que me es posible ver una idea en mi mente porque de por medio hay algo material previamente. Por decir, sé que Bulma me gustó desde el inicio, en mi caso le dediqué cada vez más atención porque reúne cualidades y características físicas que encuentro atractivas.

Por otro lado… ¿también puedo transformar a Bulma?

Engels: Marx, en un libro que tituló Introducción a la crítica de la economía política, de 1857, propuso dos categorías cruciales para entender al marxismo: infraestructura o base económica, y superestructura .

Además de contar con los planos, tener el terreno y, claro, con el dinero para pagar albañiles, comprar el material de la construcción, ¿con qué se empieza para la construcción de la casa?

Vegeta: por los cimientos, las zapatas.

Engels: ¿Y esos cimientos de los que hablan se ven cuando ya está terminada la casa, cuando ya está concluida y están por verse los detalles? Cuando ya, ustedes, están eligiendo los futuros colores del domicilio o los muebles del mismo.

Bulma: no, pues no se ven.

Engels: lo mismo sucede en la sociedad. El sistema económico o modo de producción en el cual la sociedad reposa no se ve, pero es lo más importante. Por ejemplo, en discursos políticos, y más en tiempos de campaña, se escucha decir que la educación es lo más importante para convertir a México en un país de calidad. También es habitual frases o lemas semejantes a ese de “primero, los pobres”. Sin embargo, en los hechos, lo decisivo o lo primero es la cuestión económica. En el caso de Morena y en correspondencia con el carácter del modo de producción capitalista, renovó el T-MEC, que ha resultado en fabulosas ganancias para la burguesía en México y Estados Unidos. E igual sucedió con el gobierno de Peña, pues bajo la fachada de los últimos días del gobierno de Felipe Calderón primero efectuó un profundo ataque a las condiciones generales de empleo con la reforma a la Ley Federal del Trabajo. Y con ese piso, sobre la base capitalista, que alteraba dichas condiciones en el más amplio y conjunto interés de los barones de la industria, el comercio y la banca, entonces ya se procedió a otras reformas, denominadas como “estructurales”, que beneficiaban a ciertos monopolios directamente, como la Reforma de Telecomunicaciones, o bien que atacaban directamente las condiciones de trabajo del magisterio y beneficiaban indirectamente a los capitalistas y monopolios en general, a través de la Reforma Educativa.

La base económica es el sustento de cuanto se alce sobre ésta. Entonces, las partes que integran la superestructura resultan, por poner un ejemplo, lo visible de la casa. Es decir, la política, la educación, la religión, el deporte, la cultura, etc. La superestructura está orientada y es funcional a lo que desde la economía se determine.

Marx: sobre esto que ha venido explicando mi amigo Engels, quiero realizar algunas acotaciones. Hasta aquí debemos de comprender lo siguiente, la economía determina al resto de la sociedad, incluyendo al sujeto.

Bulma: ¿y por qué a una también? Si Engels mencionó que lo que conforma a la superestructura es la política y la educación, etcétera.

Marx: ¡Boom!, a ver, dime un concierto, del cual pudieras decir “¡no quiero morirme sin estar ahí!”.

Bulma: me encantaría estar en un festival de música electrónica en Ibiza, España.

Marx: ¿y por qué, si tienes tantos deseos de ir, no lo has hecho?

Bulma: ¡ay, Marx, ojalá fuera tan fácil!

Hasta ahora no se me ha hecho porque mis papás me proveen de lo básico. A veces trabajo, cuando hay vacaciones, para poderme comprar mis gustitos o hasta para apoyar a mi hermano y cooperarle con algo para que invite a su novia al cine o le compre algún detalle.

Marx: esto que nos acabas de contar es un ejemplo claro del vaivén de un sujeto cualquiera en esta sociedad capitalista. Lo que nos mueve no es el deseo, como diría Lacan; lo que determina y condiciona nuestros deseos es la economía. Si fuese por tus deseos ya hubieras ido no una vez sino hasta 10 veces a Ibiza. Y Vegeta, seguro, ya hubiera ido a ver al Real Madrid en el Santiago Bernabéu.

¿Les parece si vamos a algo más común para ustedes? Por ejemplo, frecuentan bares. Más allá de que aguanten o no bebiendo, deben tener en mente cuánto dinero cuesta beber y no sólo saber qué pedir. No sólo son los costos de los alimentos y bebidas. A su vez está el transporte, el autobús o el taxi. Y si se lleva automóvil, pagar gasolina, Valet Parking. Así como tener presente el servicio de quienes atienden en el bar.

Vegeta: me queda claro que, así como la materia es antes que la idea; el factor económico determina el deseo, el gusto, el interés, etc., pero… Entonces, ¿dónde quedó eso de poder transformar la sociedad?

Engels: la historia de la humanidad sigue mostrando que ninguna cosa es eterna. Los persas fueron potencia; los romanos cayeron bajo Julio César. ¡Cuántos territorios o países fueron conquistados! ¡Y luego derrotados tales conquistadores! Los nazis, pese a ser la potencia militar de la II Guerra Mundial, sucumbieron ante el glorioso Ejército Rojo.

Marx y yo, en El manifiesto del Partido Comunista , escribimos la siguiente tesis: La historia de todas las sociedades, hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos, se enfrentaron siempre y mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta, lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de la clase en pugna.

Por más poderosa que haya sido la civilización de que se trate, ésta cayó, había motivos para ello. Lo que existe no es tal sólo por existir, sino por la necesidad que representa y por su racionalidad. De igual manera cayó y caerá el capitalismo; y con ello caerá la burguesía como su clase social dominante.

Bulma: por lo que comprendo, la base en su propuesta filosófica es la dialéctica. Entonces cuando Vegeta me ha dicho, o me ha escrito, “te amaré por siempre”, esto último es incorrecto, ¿cierto?

Marx: así mero, excelente.

Fue de Hegel de quien recuperamos, en última instancia, la dialéctica. La dialéctica está presente desde Sócrates, Platón y Aristóteles. Hasta Kant, a la dialéctica se le había concebido como diálogo. Hegel en el primer capítulo de su Fenomenología del espíritu, titulado “La certeza sensible o el esto y la suposición”, escribe: Hay que preguntarle por tanto a ella misma, ¿qué es el esto? si la tomamos bajo la doble figura de su ser como el ahora y el aquí, la dialéctica que lleva en él cobrará una forma tan inteligible como el esto mismo. A la pregunta ¿Qué es el ahora? Contestaremos, pues, por ejemplo: el ahora es la noche. Para examinar la verdad de esta certeza sensible, basta un simple intento, escribiremos esta verdad, una verdad nada pierde con ser puesta por escrito, como no pierde nada, tampoco con ser conservada. Pero si ahora este mediodía revisamos esta verdad escrita, no tendremos más remedio que decir que dicha verdad ha quedado ya vacía.

Engels: y si este pasaje que Marx recuperó lo vemos o empleamos cuando hablamos de nuestra tesis de la lucha de clases, bajo el aquí y el ahora que es el capitalismo, quiere decir que no “siempre” será tal cual porque, como Hegel concibió, “llegará la tarde, llegará la noche, llegará el día”, y así ese “ahora” entonces estará vacío porque probablemente estaremos, como resultado de la lucha de clases, en la construcción de la sociedad socialista-comunista. Pero este otro punto lo abordaremos en otro diálogo.

Referencias Bibliográficas

Hegel, G. (2015). Fenomenología del espíritu. D.F., México, FCE.

Marx, K. y Engels, F. (1955). “El manifiesto del Partido Comunista” en Obras Escogidas en II Tomos. Ed. Progreso. Pp. 19-50.

Marx, K. (1977). Introducción a la crítica de la economía política. 1857-1858. D.F., México, Siglo XXI.

Fuente

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